Una pequeña guerra nuclear podría revertir el Cambio Climático durante años

Fuente: National Geographic

Incluso una guerra nuclear regional podría desatar un enfriamiento global "sin precedentes" y reducir la lluvia durante años, según unos modelos computacionales del Gobierno de EEUU.

A esto seguramente le seguirían hambrunas y enfermedades globales, especulan los autores.

Durante la Guerra Fría se temía una guerra nuclear entre las superpotencias que podría dar lugar a un "invierno nuclear".

En ese escenario cientos de explosiones nucleares provocarían enormes incendios cuyo humo, polvo y cenizas bloquearían el sol durante semanas. Además habría un gran incremento de los niveles de radiación. La mayoría de la población terminaría muriendo de hambre.

Hoy, con EEUU como única superpotencia, el invierno nuclear es poco más que una pesadilla. Sin embargo, la guerra nuclear sigue siendo una amenaza -por ejemplo, entre India y Pakistan.

Para ver qué efectos climáticos tendría un conflicto regional nuclear, los científicos de la NASA y otras instituciones modelaron una guerra con bombas del tipo de la de Hiroshima, equivalente a unas 15.000 toneladas de TNT.

Los investigadores predijeron que los incendios resultantes enviarían poco más de 5 millones de toneladas de carbóno negro a la parte superior de la troposfera, la capa más baja de la atmósfera.

En los modelos de la NASA, este carbono absorbería calor solar y, como un globo de aire caliente, subiría a más altura, donde el hollín tardaría mucho más en dispersarse y limpiar el cielo.

¿Contrarrestar el Calentamiento Global?

El enfriamiento global causado por estas nubes de carbono no sería tan catastrófico como el invierno nuclear provocado por una guerra de superpoderes, pero "los efectos seguirían siendo el mayor cambio climático hasta el momento", explicó Luke Oman en una reunión de la American Association for the Advancement of Science.

La Tierra está ahora mismo en un período largo de calentamiento. Tras una guerra nuclear regional, las temperaturas globales bajarían 1.25 ºC en dos o tres años, según los modelos.

En los trópicos, Europa, Asia y Alaska el enfriamiento sería de 3 a 4 ºC. Por otro lado, partes del Ártico y la Antártida sí que se calentarían un poco debido al viento y los patrones de circulación oceánica, según los investigadores.

Tras diez años, las temperaturas globales aun estarían 0.9 ºC por debajo de la etapa previa a la guerra, según los modelos.

Años sin verano

Durante un tiempo, lo más probable es que la Tierra se convierta en un planeta frío y hambriento.

"Nuestros resultados sugieren que la agricultura se vería muy afectada, sobre todo en las áreas que suelen tener heladas cerca del verano", explicó Oman, del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt.

Todos estos cambios también alterarían los patrones de circulación de la armósfera tropical, reduciendo la precipitación un 10% de forma global de uno a cuatro años, explicaron los científicos. Incluso después de siete años, la precipitación global media sería un 5% más baja que lo que era antes del conflicto.

Además, el investigador Michael Mills, encontró grandes disminuciones de la capa protectora de ozono, llevando a una radiación mucho más ultravioleta y dañando a los habitantes del Planeta.

"Lo más importante de nuestro trabajo", explicó Oman, "es que incluso un conflicto nuclear regional tendría consecuencias globales".

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